viernes, 4 de marzo de 2011

LA ESCUELA QUE APRENDE

Uno de los temas que más ha venido tomando relevancia en los últimos años en el campo educativo es el referido al paradigma de la escuela que aprende, es decir de una organización educativa inteligente que realiza de manera permanente procesos de aprendizaje para adaptarse a los cambios del contexto sociocultural vigente en cada época histórica de evolución del pensamiento y existencia humana.
Esta idea de escuela que aprende ha sido sostenida por Peter Senge en su libro titulado “La Quinta disciplina”. Escuelas que aprenden, texto que constituye un manual de la quinta disciplina para educadores, padres de familia y todos los que se interesen en la educación.
Para compenetrarnos más con el tema siguiendo el pensamiento de Senge explicaremos desde una perspectiva pedagógica el significado de la quinta disciplina y de las escuelas que aprenden centrando las reflexiones desde una perspectiva constructivista del aprendizaje y de formación basada en competencias y capacidades, paradigmas educativos vigentes en el siglo XXI.
Cabe destacar que para adentrarnos en la quinta disciplina se debe empezar por responder a la interrogante ¿cómo surge la quinta disciplina? Y la respuesta como ya la anticipáramos,  se produce en vista de los cambios generados en las concepciones de liderazgo y gestión del talento humano y a la adecuación de la organización al mundo de la globalización y de la era de la comunicación, cambios que exigen  nuevas formas de concebir la actuación del personal o recurso humano. En el mundo globalizado, el rol de los trabajadores se convierte en algo más dinámico; los individuos se ven obligados a actuar con autonomía, a formular sus conclusiones respecto a la organización, a cuestionar las situaciones difíciles y correr el riesgo de fracasar a fin de desarrollar las competencias laborales que requiere el presente y el futuro de la organización.(Senge, 2004)

Esta concepción de la quinta disciplina en el ámbito organizacional ha sido adaptada al campo educativo, por cuanto las llamadas escuelas que aprenden como organizaciones inteligentes,  están sujetas a una dinámica permanente de transformación para lograr la mejora continua. Así como la sociedad actual necesita de trabajadores activos, dinámicos, altamente reflexivos y cuestionares de su realidad, las escuelas que aprenden ya  no  exigen la formación de un estudiantes  pasivos,  mecanizados o meramente reproductivos de los saberes, por el contrario se necesita discentes con  las nuevas habilidades que exigen las organizaciones y las comunidades que aprenden. Las escuelas de hoy necesitan formar estudiantes que estén preparados para desenvolverse mejor en la sociedad en las que les toca vivir, estudiantes creativos, autónomos, reflexivos y transformadores del medio que los rodea.
Las escuelas que aprenden  necesitan las cinco disciplinas que le ofrecerán una ayuda significativa para desarrollar el perfil de estudiante que le permitan hacer frente a los problemas y presiones que se encuentra la educación en nuestros días. Estas cinco disciplinas, tienen una relación directa con la administración y constituyen una nueva forma de clasificar a las disciplinas del aprendizaje.; ya  no desde un enfoque centrado en la clasificación tradicional del saber científico; sino más bien desde aquellas disciplinas que en su conjunto nos permiten construir una nueva forma de concebir a las escuelas como entes que aprenden. Estas disciplinas son:
§  Dominio personal. Es la disciplina que forma el aspecto de la imagen personal y social del individuo. Se necesita formar estudiantes con una imagen personal coherente a su proyecto  de vida y a su visión personal de ver el mundo y las cosas, a los resultados o metas que desea obtener en ese proyecto de vida.

§  Visión compartida. Esta disciplina está basada en fijar un propósito común de la comunidad educativa (maestros, administradores y personal escolar). La visión compartida implica aprender a alimentar y enriquecer el sentido de compromiso, las metas, la imagen que comparten como grupo u organización, así como las estrategias corporativas que les permitan llegar a esa visión compartida.

§  Modelos mentales. Esta disciplina está centrada en principios de reflexión e investigación. Se enfoca a desarrollar conciencia de actitudes y  percepciones, tanto a nivel personal como a nivel grupal. Esta disciplina implica el desarrollo de una escuela que aprende en un marco de libre expresión, en el que los estudiantes hablan, discuten y toman decisiones frente a situaciones delicadas del proceso educativo.

§  Aprendizaje en equipo. Es la disciplina de la interacción, del trabajo cooperativo en un grupo. Como señala Senge: “Con técnicas como el diálogo  y la discusión, grupos pequeños de personas transforman su criterio colectivo y aprenden a movilizar sus energías para alcanzar metas comunes y desarrollar una inteligencia  y una capacidad mayores que la suma de talentos individuales de sus miembros”. Esta disciplina permite desarrollar capacidades de trabajo colaborativo tanto en el aula, como en el trabajo entre padres y maestros, entre miembros de la comunidad y en los grupos pilotos que trabajan por el cambio escolar.

§  Pensar en sistemas. Es la quinta disciplina, la que permite aprender a entender mejor la interdependencia y el cambio, y por tanto hacer mejor frente a las situaciones personales derivadas de nuestras actitudes y comportamientos. El crecimiento y la estabilidad de la persona se logra a través de dos tendencias básicas de un sistema organizacional: la retroinformación y la complejidad básica; por ello, los diagramas de flujo, arquetipos de sistemas, laboratorios de aprendizaje y simulaciones ayudan a comprender desde una perspectiva más globalizadora o totalizadora los contenidos y alcances de las materias que aprenden los estudiantes.
Los docentes  interesados en mejorar la calidad de sus instituciones cuando conocen esta propuesta organizacional y disciplinaria para  gerenciar los aprendizajes en la escuela suelen coincidir que resulta una tarea complicada  el cómo implementarlas y qué estrategias utilizar para su efectividad en los logros educacionales de los estudiantes. La mayoría de maestros adquiere los conocimientos de la quinta disciplina en su formación a nivel posgradual, y suele valorarlo como interesante y novedoso; y a la vez como complejo en la práctica porque suponen nuevos roles para el profesor y el estudiante.
En las escuelas que aprenden los maestros son considerados como verdaderos agentes de cambio educativo y social y poseen tres actitudes fundamentales, como señala Senge. Primera: Toda la escuela debe tener como parte de su propósito básico la promoción, desarrollo, cuidado y seguridad de sus maestros, reconociendo así su importancia. Segunda: los maestros actúan como administradores para todos los estudiantes y fomentan las relaciones de unos con otros y con la base de los conocimientos. Administración significa compromiso con toda la comunidad que aprende en la escuela, no solamente con su propio salón de clases y sus propios estudiantes. Tercera: los maestros son ellos mismos aprendices y sus conocimientos de las asignaturas o área del currículo escolar y del arte de enseñar evolucionan a lo largo de la vida. De todas estas actitudes destaco,  a mi juicio, la competencia más importante que debe poseer el maestro en las escuelas que aprenden, la capacidad para articular de una manera creativa, dinámica y contextualizada el conocimiento y aprendizaje, sistema de redes y relaciones que debe fomentar significativamente en sus estudiantes. Es tarea de las escuelas que aprenden aumentar la conciencia que los estudiantes, los maestros  y otras personas desarrollen las conexiones entre conocimiento y aprendizaje, considerando el andamiaje de saberes, experiencias, sentimientos, creencias,  aptitudes, principios, etc.  para fortalecer el proceso de aprender.
Sin lugar a dudas estas reflexiones y conocimientos nos exigen a todos los maestros a realizar un proceso de análisis y valoración de nuestro aporte profesional  de la enseñanza que ofrecemos en nuestras instituciones educativas. Esta nueva propuesta de escuelas que aprenden nos exige ver al mundo escolar desde otra óptica , no cómo lo habíamos visto antes; sino con una visión más global y transformadora, los maestros de estos tiempos necesitamos actuar en la escuela, modificarla con eficiencia, necesitamos ser capaces para adaptarnos a una gran variedad de circunstancias para poder hacer de nuestras escuelas verdaderas instituciones del conocimiento y del aprendizaje, instituciones que se parezcan más a las organizaciones que aprenden.

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